Aquel
jovencito que venció al gigante Goliat con la ayuda de Dios, ya se
había convertido en un rey, luego de pasar por un tiempo de desierto
Dios había cumplido su promesa, ahora ya no era un joven mas, ahora era
un hombre de reino, un hombre de guerra y sobre todo un hombre conforme
al corazón de Dios.
Pero aun esos hombres que son conforme al
corazón de Dios pueden cometer grandes errores, es decir que no importa
el grado espiritual que tengas, siempre estarás propenso a caer en un
error si no te percatas a tiempo, no importa que privilegio estés
desempeñando, eso no te garantiza la espiritualidad total en todo
tiempo, es por ello que la Palabra de Dios nos exhorta y nos dice: “El
que este firme, mire que no caiga”
La historia bíblica ,
comienza haciendo énfasis a una cosa impórtante y esta es: “en el
tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con
él a sus siervos y a todo Israel” (v. 1)
Me llama mucho la
atención que la Palabra menciona “en el tiempo que salen los reyes a la
guerra”, ¿Qué era David?, ¿Acaso no era un rey?, Claro que lo era,
entonces ¿Dónde tendría que estar?, Si, tendría que estar en la Guerra,
pero lejos de ir a la Guerra había enviado a Joab su hombre confianza y
a sus siervos y a todo Israel a pelear, mientras el se había quedado en
su Palacio.
Y es que nosotros difícilmente nos vamos a percatar
que cuando no estamos en lugar donde debemos estar en momento
determinado, podemos cometer lo peores errores de nuestra vida, todo
por no estar en el lugar donde debo de estar.
La historia sigue
narrando como David al verse en un lugar en donde NO DEBIA estar, se
paseaba por el terrado de la casa real, cuando de repente vio a una
mujer que se estaba bañando, y la Biblia enfatiza que: “la cual era muy
hermosa”.
La hermosa mujer se llamaba Betsabé, era la esposa de
Urías heteo, uno de los soldados mas fieles al rey, pero David dejado
llevar por sus emociones carnales, pregunto por ella y pese a darse
cuenta que estaba casada, no le importo y la mando a traer, para dormir
con ella.
Increíblemente vemos un acto de adulterio de parte del
flamante rey David, si, aquel de cual hemos escuchado desde pequeño y
del cual hemos leído muchos salmos de su autoría. El hecho de haber
sido utilizado grandemente por Dios para derrotar a un gigante que
aterrorizaba a su pueblo, no era razón para decir que David no
cometería grandes errores en algún momento determinado de su vida.
Lastimosamente,
este era ese momento determinado en la vida de David, en donde permitió
que los deseos de la carne se apoderaran de El, olvidándose por un
momento de agradar a Dios. Todo esto sucedió, por estar en el lugar y
en el momento en donde NO DEBIA ESTAR, pues su lugar tendría que haber
sido LA GUERRA, pues era tiempo “en donde los reyes salían a la
guerra”, mas David se quedo en lugar EQUIVOCADO.
Realmente
muchas veces no nos damos cuenta, que cometemos errores grandísimos,
por estar EN EL LUGAR EQUIVOCADO, y EN EL MOMENTO EQUIVOCADO, y no
hablo de casualidades, sino de CAUSALIDAD, pues nosotros somos los que
provocamos ese momento, cuando no entendemos en donde esta nuestro
lugar.
Pudiera seguir contado mas sobre esta historia, pero no
es mi idea llenar de muchas palabras este escrito, el día de mañana
hablare sobre el otro error de David. Pero en el que me quiero enfocar
este día es en el hecho de NO HACER, LO QUE TENDRÍA QUE HACER.
David
tendría que haber estado con sus soldados y su pueblo en plena guerra,
mas su falta de compromiso lo hizo cometer uno de los errores que mas
le iban a doler, pues no se imaginaba lo difícil que serian los
resultados de su mal proceder.
Amados hermanos, no permitamos
que esos errores arruinen nuestra reputación, no te pasees sobre el
terrado, cuando tengas que estar en la guerra, no te desubiques sobre
el lugar en donde tendrías que estar, porque aparecerán muchas Betsabé
las cuales no podrás obviar y terminaras cediendo a la tentación.
Es
momento de evaluar donde es mi sitio, en que lugar debemos estar en
este momento y si en la guerra y no en el Palacio es hora de que SALGAS
CORRIENDO, tomes tu armadura y tus armas y ve a la Guerra, porque ahí
esta tu lugar, pues si te descuidas terminaras paseándote en el terrado
con grades probabilidades de fallarle al Señor.
El terrado puede
ser muy cómodo y tentador, pero la guerra es en donde se forjan los
verdaderos guerreros y la que nos enseña que tan Grande es Jehová de
los Ejércitos.
¡¡¡¡¡¡Maranata Cristo viene!!!!!!!amén.