Se siembra [el cuerpo] en corrupción, resucitará en incorrupción.(1 Corintios 15:42)
En
la mitología griega, Aurora, la diosa del amanecer, se enamoró de un
joven mortal llamado Titono. Zeus, el rey de los dioses, le prometió a
Aurora que le daría a Titono todo lo que ella quisiera para él.
Entonces ella le pidió a Zeus que lo hiciera inmortal. Pero cometió un
trágico error. Se olvidó de pedirle a Zeus que lo hiciera joven para
siempre. Así, aunque fue viviendo y viviendo, fue envejeciendo y
experimentando todos los problemas que conlleva la vejez. El don de la
inmortalidad se tornó en una maldición.
Cuando el historiador
Will Durant escribió su libro "Los 70 años", dijo: "Vivir para siempre
sería la mayor maldición imaginable". Esto es a la vez cierto y falso.
Pasar la eternidad en estos cuerpos maldecidos por causa del pecado
sería una miseria inenarrable. Pero tener un cuerpo como el de Cristo
en resurrección será ¡nimaginablemente glorioso.
Como creyentes,
viviremos eternamente pero sin sufrir ninguna de las dolencias que
conlleva la vejez. En lugar de esto, el Señor Jesucristo "transformará
el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo
de la gloria suya", (Fil 3:21). ¡Qué maravilloso saber que nuestros
cuerpos terrenales serán cambiados a cuerpos perfectos que nunca
envejecerán!
Así, la vida eterna para el hijo de Dios no es una maldición: es una bendición.
PENSAMIENTO: Todos quieren vivir largo tiempo, pero nadie quiere envejecer.
¡¡¡¡¡¡¡Maranata Cristo viene ¡!!!!!!AMÉN.