Hijo mio...
si tan solo pudieras comprender
porque te amo tanto…
Cuando fuistes creado,
yo no tenia necesidad de sirvientes,
pues miles de angeles me servían.
No tenia necesidad de soldados,
pues con tan solo decir La Palabra,
montes eran derribados.
No tenia necesidad de adoradores,
pues delante de mi trono continuamente
cuatro seres vivientes gritan
Santo, Santo, Santo
y junto a huestes Celestiales me adoran.
Cuando fuistes creado,
no te creé como al resto de mi creación,
no fuistes uno más,
hubo algo especial en ti.
Si supieras con cuanta alegría te forme.
Ay pequeño mio,
mientras te formaba aquel día,
mis lágrimas te bañaban,
mi rostro te iluminaba
y mi unción te perfumaba.
¡Con razón fuistes el más hermoso
de toda mi creación!
¿Por qué? Te preguntas.
Porque cuando fuistes creado,
todo el universo puso los ojos en ti.
Los angeles, los querubines,
Las aves del cielo,
Las bestias del campo,
Los seres marinos,
Los montes y las estrellas.
¡Tanta admiración! ¡Tanta pasión!
Todo esto porque por primera vez
en la existencia del universo,
una creación mia llevaba por sello
¡mi Imagen y Semejanza!
Si tan solo pudieras comprender
lo que ese momento significó para mi,
eres la creación que más he amado.
¿Sabes qué significa eso?
Que ni aún los angeles,
ni serafines, ni el universo completo
ha podido sentir mi amor
como tu lo has sentido.
Nunca nadie te ha amado como Yo.
Nunca nadie te amara como Yo.
Por ti dejé mi Gloria,
pero nunca te dejé de amar.
Tomé forma de hombre,
pero nunca te dejé de amar.
Abri mis brazos en un madero,
pero nunca te dejé de amar.
Por ti derrame mi sangre,
soporté oprobios,
me humillé hasta lo sumo,
pero nunca te dejé de amar.
Y si tan solo pudieras entender ¿por qué?
¿Por qué aún cuando tu me desprecias,
te sigo buscando?
¿Por que aún cuando te levantas contra mi,
te sigo cuidando y defendiendo?
¿Por qué aún cuando Soy solo tu solución
al problema presente y luego te olvidas de mi,
aún asi te sigo escuchando?
¿Sabes por qué?
Porque a pesar de todo
te sigo amando.
Te sigo amando como el primer día
cuando te llamé por nombre,
aún desde el vientre de tu madre.
Aún, cuando todavia nadie te conocia.
Te amé primero.
Te amo hoy.
¡Te amare siempre!