Agradezcamos siempre a Dios, Padre Bueno, por el amor que nos tiene; porque nos ha creado a su imagen y semejanza, en la condición de varón y mujer; para que, reconociéndonos diferentes, busquemos complementarnos: el varón como apoyo de la mujer, y la mujer como ayuda idónea del varón.
Agradezcamos al Padre Bueno, por la mujer y su misión en la comunidad humana.
Roguemos por la mujer que es hija: que sea acogida y amada por sus padres,
tratada con ternura y delicadeza.
Roguemos por la mujer que es hermana: que sea respetada y defendida por sus hermanos.
Roguemos por la mujer que es esposa: que sea reconocida, valorada y ayudada por
compañero fielmente en la vida conyugal; que ella se respete y se dé a respetar,
para vivir ambos la perfecta comunión en Dios, y para que sus corazones y anhelos
se prolonguen en la fecundidad de una nueva vida humana.
Roguemos por la mujer que es madre: que reconozca en la maternidad el florecimiento de su femeneidad creada para dicha tarea, sea sensible, tierna y abnegada en la educación de cada hijo; con la dulzura y la fortaleza, la serenidad y la valentía, la fe y la esperanza que le ha sido enseñadas por Dios, como hija del Dios vivo.
Te pedimos por las mujeres buenas y generosas que han entregado su vida por amor a Dios, que muchas veces han sacrificado una satisfacción propia y justa, por amor a Dios y por guardar.... " su lugar ".
Pidamos al Dios bueno por nuestras hermanas/os en la fé, por todos ellos; por los que se han comportado siempre sabia, y prudentemente; y por los que no.
Roguemos al Dios bueno por todas aquellas personas que nos hayan pagado mal...por bien.
Roguemos por todas las mujeres del mundo, por las ke se sienten solas, por las que no encuentran sentido a su vida; por las marginadas y usadas como objeto de placer y de consumo; por las que han sido maltratadas; para que a todas y a cada una de ellas, les llegue de alguna forma a resplandecer la luz del evangelio.
Roguemos al Padre Bueno, por todos nosotros, varones y mujeres, hermanos en la fé; que nunca paguemos mal por bien; que nunca lastimemos a nadie; que nunca nos desviemos de los caminos del Señor; que nos sepamos comprender, valorar y ayudar mutuamente, para que en la relación, amable y positiva, colaboremos juntos al servicio de Dios, de la familia y de la vida. Amén.
Dios los bendiga