Stephen
Sorenson escribió una vez en el "Disciples hip Journal" acerca de un
período de dos años en el cual lo había aquejado en ambas muñecas una
tendonitis tan severa que no podía ni siquiera levantar a su pequeña
hija ni abrir un frasco. Al mismo tiempo, estaba intentando hacer
remodelaciones en su casa.
Guillermo, un músico militar
retirado, vino en su ayuda. Sorenson escribió: "Guillermo venía a casa,
día tras día. Desenterró nuestro tanque séptico, cortó árboles enfermos
y simplemente pasó un tiempo con nosotros. Presentía que él comprendía
mi dolor y nuestras necesidades. Una tarde, mientras él y yo paseábamos
y conversábamos por el bosque, descubrí el porqué".
"Guillermo
había vivido la mayor parte de su vida para la música, pero se le
desarrolló un devastador problema de oído, impidiéndole escuchar música
de cualquier tipo. Como resultado, más que sentir rechazo por mi
problema, Guillermo se sintió identificado conmigo por nuestra causa en
común. Y antes que se separaran nuestros caminos, Guillermo se
convirtió en cristiano.
Cuando miro hacia atrás, no sé si me
hubiese tomado el tiempo para hablar con Guillermo si mis muñecas
hubiesen estado bien. Es muy probable que hubiese estado clavando o
manejando una sierra a cadena. por lo tanto, lo único que pude hacer
fue escuchar y hablar. Pero en los planes de Dios, esto fue suficiente."
El primer deber del amor es escuchar.
Santiago 1:19
Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír.
¡¡¡¡Maranata Cristo viene!!!!!amén