Para
Bartimeo era otro día mas, ese día en la mañana seguramente se despertó
pensado en la hora de ir nuevamente a mendigar, ya tenia su lugar
reservado junto al camino, no había nada que cambiaria el rumbo de su
vida hasta ese momento, no había ningún probabilidad de que su vida
cambiara drásticamente.
Pero en esos momentos en donde vemos
todo como una rutina y en donde difícilmente el panorama cambiara,
siempre aparece Jesús nazareno.
Bartimeo era ciego, pero tenia
un buen oído, y seguramente ya había escuchado de los milagros que
Jesús había hecho, el hecho de permanecer junto al camino le había
permito enterarse del Poder sobrenatural de Jesús, por esa razón al
escuchar a la gran multitud y mas aun al escuchar de que se trataba de
Jesús ese del cual había escuchado muchas maravillas entendió que era
la OPORTUNIDAD DE SU VIDA, por esa razón inmediatamente comenzó a dar
voces y gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”,
seguramente algunos de nosotros en su puesto no hubiéramos gritado,
sino que hubiéramos pensado: “¿Cómo un hombre como Jesús, se va a
detener a escucharme?”, y es que muchos de nosotros nos sentimos
limitados a la hora de clamar al Señor, ¿Será que estamos conformes con
nuestro estado desastroso de espiritualidad?, ó ¿Qué realmente no
queremos aprovechar las oportunidades que el Señor nos presenta?
Bartimeo
daba voces repitiendo lo mismo: “¡Jesús, Hijo de David, ten
misericordia de mí!”, la Palabra dice que muchos lo reprendían para que
callase, pero EL CLAMABA MUCHO MAS. Que hermoso ejemplo de
persistencia, pese a los comentarios quizá hasta denigrantes de los
demás, no se detuvo, sino que al contrario, insistió más. Que lindo
seria que cada uno de nosotros no desistiera de clamar a Dios y que
pese a los comentarios negativos del enemigo, persistiéramos aun mas
por conseguir nuestro objetivo.
Su persistencia dio fruto y es
que Jesús al escuchar a un corazón sincero y necesitado no puede
negarse, mando a llamarlo y le pregunto: “¿Qué quieres que te haga?”,
no es que el Señor no supiera que era lo que Bartimeo necesitaba, sino
que el desea escuchar de nuestra propia voz, cual es nuestra necesidad.
Ante
la interrogante de Jesús, Bartimeo respondió: “el ciego le dijo:
Maestro, que recobre la vista”. Lo que para Bartimeo comenzó como un
día normal, común y corriente, poco a poco se fue convirtiendo en la
OPORTUNIDAD DE SU VIDA, la cual no dejo pasar y por ello recibió su
Milagro.
Si Bartimeo no hubiera aprovechado su oportunidad ni
siquiera conociéramos de el, jamás se hubiese escrito este episodio
bíblico, pues la fe y la persistencia por aprovechar su oportunidad lo
hizo galardonador de estar en los cánones de la historia, ¿Cuándo de
nosotros pagáramos por estar en los cánones de la historia?, pero eso
no tiene un precio material, sino mas bien uno espiritual que se llama
FE.
Este episodio bíblico termina de una forma fenomenal,
ninguno de nosotros nos hubiésemos puesto a pensar de que un ciego que
estaba junto al camino mendigando terminara versículos mas adelante
siguiendo a Jesús en el el camino y ya no sentando junto al camino. “Y
en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino”.
Amado
hermano, hay oportunidades en la vida que llegan muy pocas veces, cada
uno de nosotros somos responsables si la aprovechamos o la dejamos ir,
al igual que Bartimeo Dios quiere darte la oportunidad de conseguir lo
que tanto anhelas, pero para ello necesitas la persistencia necesaria
para no desmayar en tu objetivo de alcanzar tu tan anhelado sueño, por
otra parte se necesita FE para poder creer que lo que un día se te
prometió, se te cumplirá.
No se realmente que decisiones estas a
punto de tomar, pero Dios me dice en esta hora, que hay OPORTUNIDADES
UNICAS y ay de nosotros si las dejamos ir, por otro lado también no
olvides de colar tus decisiones a través de la Palabra de Dios para
evaluar si es su voluntad o una simple emoción humana.
Hay
oportunidades que solo se dan una vez en la vida y esas marcaran
nuestra historia, se sabio, teme a Jehová y apártate del mal.
¡¡¡¡¡Maranata Cristo viene!!!!amén.