Estatutos del Hombre y
de la Mujer
De: Mario Benedetti
Juan Marsal
Artículo I. Queda decretado que ahora vale la vida, que ahora vale la
verdad, y que de manos dadas trabajaremos todos por la vida verdadera.
Artículo II. Queda decretado que todos los días de la semana, inclusive
los martes más grises, tienen derecho a convertirse en mañanas de
domingo.
Artículo III. Queda decretado que, a partir de este instante, habrá
girasoles en todas las ventanas, que los girasoles tendrán derecho a
abrirse dentro de la sombra; y que las ventanas deben permanecer el día
entero abiertas para el verde donde crece la esperanza.
Artículo IV. Queda decretado que el hombre no precisará nunca más dudar
del hombre. Que el hombre confiará en el hombre como la palmera confía
en el viento, como el viento confía en el aire, como el aire confía en
el campo azul del cielo. Párragrafo único: El hombre confiará en el
hombre como un niño confía en otro niño.
Artículo V. Queda decretado que los hombres están libres del yugo de la
mentira. Nunca más será preciso usar la coraza del silencio ni la
armadura de las palabras. El hombre se sentará a la mesa con la mirada
limpia, porque la verdad pasará a ser servida antes del postre.
Artículo VI. Queda establecida, durante diez siglos, la práctica soñada
por el profeta Isaías, y el lobo y el cordero pastarán juntos y la
comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.
Artículo VII. Por decreto irrevocable queda establecido el reinado
permanente de la justicia y de la claridad. Y la alegría será una
bandera generosa para siempre enarbolada en el alma del pueblo.
Artículo VIII. Queda decretado que el mayor dolor siempre fue y será
siempre no poder dar amor a quien se ama, sabiendo que es el agua quien
da a la planta el milagro de la flor.
Artículo IX. Queda permitido que el pan de cada día tenga en el hombre
la señal de su sudor. Pero que sobre todo tenga siempre el caliente
sabor de la ternura.
Artículo X. Queda permitido a cualquier persona, a cualquier hora de la
vida, el uso del traje blanco.
Artículo XI. Queda decretado, por definición, que el hombre es un
animal que ama, y que por eso es bello, mucho mas bello que la estrella
de la mañana.
Artículo XII. Decrétese que nada estará obligado ni prohibido, todo
será permitido, incluso brincar con los rinocerontes y caminar por las
tardes con una inmensa begonia en la solapa. Paragrafo unico: Solo una
cosa queda prohibida: amar sin amor.
Y esto se acabo……..