En el transcurrir del tiempo, hay días que nos parecen más difíciles y complicados que otros, en ocasiones vivimos problemas que parecieran no tener solución.
Recientemente por ejemplo, en la empresa para la cual trabajo tuvimos un siniestro bastante grave, ya que debido a las altas temperaturas (40° C) y a los fuertes vientos, se incendiaron varios cientos de toneladas de material que sirve como combustible para la fábrica. Todo hacia ver que era imposible de controlar y que las pérdidas serían de magnitudes descomunales.
Sin embargo, para sorpresa mía y de todos los que participamos en la labor de combatir el incendio, este fue controlado en pocas horas, sin que hubiese nadie lastimado y sin daño económico importante. Como cristiano, a veces esperamos que Dios nos libré de este tipo de angustias, así como de aquellas que nos significa la grave enfermedad de un ser querido, o la misma muerte de aquel; la pérdida del empleo o algún accidente, en fin, son tantas y diversas las situaciones que vivimos a veces que nos hacen sentir que el día ha sido sumamente difícil y problemático que la pregunta viene a nuestra mente ¿Por qué Dios mío?,¿Por qué me pasa esto?, ¿Acaso no soy tu hijo?, ¿No contaré más con tu protección divina?.
La respuesta está en las Sagradas Escrituras: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo” (Romanos8:28-29). Definitivamente, todo aquello que vivimos y “sufrimos”, tiene un propósito divino. Entiendo que no es fácil entender en que forma “nos ayuda a bien” las situaciones criticas de dolor y angustia, sin embargo si nos volvemos al Señor y le pedimos sabiduría, Él nos hará sentir su presencia, su poder y entenderemos el porqué nos ayuda a bien.
Hay otro pasaje bíblico que reafirma esta idea: “Y preguntáronle sus discípulos, diciendo: Rabbí, ¿quién pecó, éste ó sus padres, para que naciese ciego? Respondió Jesús: Ni éste pecó, ni sus padres: mas para que las obras de Dios se manifiesten en él” (Juan:9:2-3). De alguna manera, Dios que es tan poderoso, puede sin el menor de los esfuerzos hacer prodigios maravillosos manifestando su gloria y su poder precisamente es esas situaciones difíciles. Necesitamos manifestar nuestra fe en Él
En varias ocasiones he tenido el gran privilegio de ver diferentes milagros de Dios, como el que ya comenté en cuanto al incendio, y comprendo que el propósito de Dios se cumple y que pude ver su amor, protección y poder, con lo cual me dice que para Él no hay imposibles, así que puedo con toda la confianza puesta en Dios, enfrentar mis problemas, temores y afanes, sabiendo en quien he creído, por lo que te animo a reflexionar y hacer propio parte de la letra de un bello canto que dice:
Tenemos un Dios, muy, muy grande;
Maravilloso es Él, siempre amoroso
Siempre victorioso, Maravilloso es Él.
El Nunca, nunca nos deja
Siempre con nosotros Él está
Nos levanta cuando caemos
Y a la victoria Él nos guiara…
………………Dios te bendiga