turkita_kali moderador
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| Tema: el valor de ser mujer Lun Feb 08, 2010 3:05 am | |
| Existe una serie de áreas cruciales que se deben tratar con éxito si se va a formar eficazmente a las mujeres para que tengan un adecuado carácter cristiano femenino. Una de las áreas más importantes en nuestra sociedad es que las mujeres aprendan lo valioso de ser mujer. Las mujeres se sienten —frecuentemente— relegadas o de menor valor porque en nuestra sociedad se valoran más los logros masculinos, y es común que se coloque a las mujeres en situaciones en las que no hay diferencias en la manera en que se evalúa a los hombres y a las mujeres.
La situación actual es inusual, a pesar del punto de vista opuesto que presentan a menudo las feministas. Las mujeres de otras épocas no han dado las señales de insatisfacción por el hecho de ser mujeres que manifiestan las mujeres modernas. La mayoría de las sociedades —no todas— han valorado y respetado a las mujeres, y han expresado esta valoración y respeto de maneras bien específicas. Las mujeres han sido conscientes de que estaban subordinadas, pero la subordinación —tanto para los hombres como para las mujeres— no se experimentaba como algo degradante, que es la manera en que se la suele considerar en la sociedad contemporánea.
Se ha producido un cambio cultural masivo en esta área, un cambio que ha producido una insatisfacción interior en las mujeres. El entrenar a las mujeres para que compitan exitosamente con los hombres probablemente no hará más que aumentar esta insatisfacción, en lugar de eliminarla. Sólo se eliminará esta insatisfacción cuando las mujeres puedan experimentar que se las aprecia y valora justamente por ser mujeres, y distintas de los hombres.
LOS HOMBRES DE LOS CUALES SE PUEDE DEPENDER
Una segunda área que es crucial para la formación del carácter de las mujeres es la de la confianza. El «espíritu tierno y apacible» que debe caracterizar a las mujeres según las Escrituras, es fruto de la confianza. En contraste, las mujeres de hoy se caracterizan por la ansiedad. Están ansiosas por sus propias vidas y por la manera en que las afectarán a ellas y a los demás las circunstancias de la vida. Esta ansiedad puede manifestarse por medio de mucha agresividad y un gran deseo de imponerse —de «hacerse valer»—, pero el problema central es la falta de confianza.
La mujer cristiana que quiere aceptar su rol como tal debe reemplazar su ansiedad y falta de confianza por la experiencia de saber que puede depender de otras personas —especialmente de hombres— al saber que tomarán la responsabilidad de aquellas áreas en las que ella deposita su confianza en ellos. | |
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