Hijo mío, está atento a mis palabras;
inclina tu oído a mis razones.
No se aparten de tus ojos; guárdalas
en medio de tu corazón;
Porque son vida a los que las hallan, y
medicina a todo su cuerpo.
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
porque de él mana la vida.
Aparta de tí la perversidad de la boca,
y aleja de tí la iniquidad de los labios.
Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados
hacia lo que tienes delante.
Examina la senda de tus pies, y todos
tus caminos sean rectos.
No desvíes a la derecha ni a la izquierda;
aparta tu pie del mal.
PROVERBIOS 4:20-27
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre,
y no dejes la enseñanza de tu madre;
Atalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello.
Te guiarán cuando andes; cuando duermas
te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes.
Porque el mandamiento es lámpara, y la
enseñanza es luz, y camino de vida
las reprensiones que te instruyen.
PROVERBIOS 6:20-23
Dame, hijo mío, tu corazón,
y miren tus ojos por mis caminos.
PROVERBIOS 23:26
Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo
mis mandamientos.
Guarda mis mandamientos y vivirás,
y mi ley como la niña de tus ojos.
Lígalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón.
PROVERBIOS 7:1-3
Todo camino del hombre es recto en su propia opinión;
pero Jehová pesa los corazones. PROVERBIOS 21:2
El corazón entendido busca la sabiduría;
mas las boca de los necios se alimenta de necedades.
Todos los días del afligido son difíciles;
mas el de corazón contento tiene un banquete contínuo.
PROVERBIOS 15:14-15